BMW Isetta

En los años 50 la empresa BMW vivía un momento de crisis financiera. La venta de motocicletas que tras la guerra había supuesto el aparente relanzamiento de la marca, descendió de un modo alarmante. En 1954 se vendieron treinta mil unidades, dos años después, la cifra bajó a la mitad, y en 1957, apenas se llegó a los 5.400 ejemplares.

En cuanto a los vehículos de cuatro ruedas, tampoco BMW mostraba luego de la guerra ningún vehículo que atrayera al público. En marzo de 1954, Eberhard Wolf, ingeniero de la compañía viajó hasta Ginebra para visitar el Salón Internacional del Automovil. Entre la concurrencia descubrió el Isetta, un vehículo a medio camino entre una motocicleta y un microcoche. La marca Italiana ISO lo había presentado al público sólo un año antes en el Salón de Turín, producto del diseño del ingeniero aeronáutico Ermenegildo Preti, a instancia de una idea del Sr Rivolta, dueño de la fábrica Iso.

BMW compró la licencia ISO para construir en Munich la Isetta, acopló su motor R25 y realizó algunos cambios en el eje trasero (en algunos modelos se utilizó una sóla rueda). El éxito no se hizo esperar; en el primer año se vendieron trece mil unidades.
El Iso Isetta es quizás el microcoche más famoso y fabricado en máyor número de versiones. Para entenderlo habría que ubicarse en los años de la postguerra, cuando la mayoría de las familias europeas no tenían acceso a un automovil, aún los más pequeños Volkswagen, Citroen 2CV o Renault 4. Además del escaso poder adquisitivo, había que agregar lo costoso del combustible y la escasez de espacio donde guardarlo.

Lógicamente, estas condiciones contrastaban con las existentes en América, y especialmente en Venezuela, donde los microcohes pueden ser considerados más como una curiosidad, de muy limitada circulación.